La independencia de México fue el proceso político que posibilitó que la nación mexicana se separase de España, consiguiendo así su libertad y autonomía. El proceso de la independencia se prolongó por 11 años. Este comenzó con el Grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810. Luego de varias etapas de lucha, la independencia se concretó con la firma de los Tratados de Córdoba y la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821.
Causas de la independencia de México
Causas internas
1. Sociales: la desigualdad y división de clases
La sociedad de la Nueva España estaba dividida en estratos. La corona daba privilegios a los aristócratas españoles, por lo que no todas las personas tenían igualdad de derechos. Los cargos públicos, la posesión de tierras y las concesiones para la explotación minera eran otorgadas a estos antes que a los criollos.
Tal situación generó gran descontento en la población local y lentamente propició un sentido distinto de identidad y aspiraciones de independencia. Por otra parte, mestizos e indígenas eran los más desfavorecidos.
2. Legales: las reformas borbónicas
Carlos III, rey perteneciente a la casa de los borbones, llevó a cabo importantes reformas en sus dominios entre 1759 y 1788. Con estas quiso modernizar a España y obtener más recursos de sus provincias americanas. Las reformas implementadas modificaron el orden administrativo, político, militar y económico del virreinato.
La centralización de instituciones tributarias tuvo como fin la recaudación de más impuestos. Esto despojó a ciertos criollos de gozos y beneficios comerciales, lo que produjo en ellos disconformidad.
Causas externas
3. Ideológicas: el pensamiento ilustrado
Este tuvo origen en Francia e Inglaterra en el siglo XVIII y pronto se difundió en América. Las ideas ilustradas influyeron en los criollos y su mentalidad acerca del gobierno y la política. Estos conocieron cuestionamientos al poder monárquico, teorías de soberanía popular y de la división de poderes en los escritos de Voltaire, Rousseau y Montesquieu.
La crítica de la ilustración al absolutismo monárquico promovió la defensa de conceptos como la libertad e igualdad en los movimientos independentistas, incluido el mexicano.
4. Políticas: la independencia de las 13 colonias y la Revolución Francesa
Las colonias de Norteamérica se independizaron de Inglaterra en 1776. Así, asentaron un precedente que demostró cómo una revuelta armada llevó a la creación de una república. La autonomía lograda y su crecimiento como país fue admirado por quienes estuvieron a favor de la independencia en las colonias hispanoamericanas.
Por otra parte, la Revolución Francesa de 1789 demostró que era posible acabar con el abuso de poder de los reyes. En los virreinatos hispanos, muchos quisieron terminar con la soberanía que residía en un solo hombre, el monarca. Ese poder soberano debía estar distribuido entre todo el pueblo mediante la justicia, la igualdad y la libertad.
5. Militares: la invasión francesa a España
El motivo detonante externo fue la invasión que sufrió España por parte del ejército francés, dirigido por el emperador Napoleón Bonaparte en 1808. La invasión provocó inestabilidad política, la renuncia de Carlos IV como rey y el secuestro de su sucesor Fernando VII.
Napoleón nombró a su hermano, José Bonaparte, rey de España y de las Indias. Pero en España y América se formaron juntas de gobierno que lucharon por el restablecimiento del mando y pidieron soberanía popular. El descontento en la Nueva España impulsó los primeros movimientos de insurgencia que se realizaron en el año 1808.
Las 4 etapas de la independencia
Primera etapa, el inicio (1810-1811): comenzó con el Grito de Dolores proferido por el cura Miguel Hidalgo en septiembre de 1810. Campesinos e indígenas lo acompañaron para derrocar el sistema político que los defraudaba. Así, se proclamaron como defensores del rey Fernando VII, pero también como contrarios al mal gobierno impuesto en Nueva España.
Estas multitudes buscaron apoderarse de bienes españoles y distribuirlos entre los pobres. El movimiento creció por varios meses, pero su final llegó sin poder tomar el control de la capital del virreinato. En enero de 1811, Hidalgo y otros líderes fueron apresados y luego se les sentenció a muerte.
Segunda etapa, la organización (1811- 1815): José María Morelos tomó las riendas del movimiento. Bajo su liderazgo se llevó a cabo el Congreso de Chilpancingo (1813) y se sancionó el Decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana (1814). La intención del movimiento insurgente era declarar la soberanía del pueblo mexicano, eliminar el sistema de castas y tener un gobierno con división de poderes.
Ante tales ambiciones, la persecución del ejército español continuó. Sus tropas asediaron los territorios controlados por los insurgentes hasta que, finalmente, capturaron a Morelos y lo llevaron al paredón de fusilamiento. Los seguidores de Morelos y demás rebeldes se replegaron y buscaron refugio en las sierras del sur de México.
Tercera etapa, la resistencia (1816-1820): en este periodo, la lucha independentista estuvo fracturada. Los rebeldes formaron guerrillas de resistencia. No obstante, fue un momento en el que las tropas españolas recobraron el dominio de pueblos y ciudades que antes estuvieron en el bando insurgente. Los líderes inquebrantables de esos años fueron Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo.
Cuarta etapa, la consolidación (1820-1821): este fue el momento en el que se consiguió el pacto entre el oficial del ejército español, Agustín de Iturbide y el caudillo insurgente, Vicente Guerrero. Aunque fueron adversarios por años, convinieron en terminar la lucha. Entonces decidieron unir sus fuerzas y asegurar la independencia de México.
En febrero de 1821, se aprobó el Plan de Iguala, los combatientes se reunieron en el Ejército Trigarante y tomaron el control del gobierno. Bajo el estandarte del Ejército Trigarante se acordaba defender la independencia, la religión católica y la unión. Finalmente, con la firma del Tratado de Córdoba, las tropas españolas abandonaron la ciudad de México. El ejército entró con Iturbide al mando el 27 de septiembre de 1821 y se selló la independencia de México.
Consecuencias de la independencia de México
1. Políticas: inestabilidad institucional y búsqueda de orden
La separación de España dio lugar a un largo proceso de organización política con el fin de dar estabilidad a la nueva nación. Esto no fue fácil debido a las diferencias ideológicas de los líderes mexicanos. Por eso fue difícil alcanzar acuerdos y provocó que en el siglo XIX existieran distintos tipos de gobierno.
Nada más en los 50 años posteriores a la independencia hubo imperios (1821-1823) y (1863-1867), repúblicas federales (1824-1836), (1846-1853) y (1857-1862), y repúblicas centralistas (1853-1857). Además, la fragilidad institucional causó que el poder cambiara de manos con frecuencia.
1.1 Origen y fin del Imperio mexicano
Con la ratificación de los Tratados de Córdoba desapareció el virreinato de Nueva España y se fundó el Primer Imperio mexicano (1821-1823). Sin embargo, este imperio que se conformó como monarquía parlamentaria apenas se logró sostener por dos años.
Agustín de Iturbide, el emperador proclamado, perdió apoyo popular y político por sus acciones autoritarias. Tuvo que renunciar en favor del congreso, donde se le acusó de traidor y se le envío al destierro. En su regreso a México, Iturbide fue capturado y luego fusilado en julio de 1824.
2. Territoriales: anexión y pérdida de territorios
Apenas alcanzó la independencia, al imperio mexicano se unieron las Provincias de Centroamérica: Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. Sin embargo, al desintegrarse el imperio, el congreso mexicano reconoció la independencia de todas estas en agosto de 1824. Así, no formarían parte de los Estados Unidos Mexicanos.
3. Militares: España intenta retomar el poder del territorio mexicano (1821-1829)
A pesar de la firma de los Tratados de Córdoba, tanto el rey Fernando VII como las tropas españolas apostadas en San Juan Ulúa no reconocieron la independencia. Por eso entre 1821 y 1829 sucedieron varios episodios en los que grupos del ejército español intentaron reconquistar a México.
Entre estos episodios tenemos: la batalla de Juchitepec (1822), la batalla naval de San Juan Ulúa (1825), la batalla de Tampico (1829) y el combate del fortín de La Barra (1829). El reconocimiento oficial, por parte de la monarquía española, de la independencia de México llegó finalmente con la firma del Tratado Santa María-Calatrava en 1836.
4. Sociales: abolición del sistema de castas
Durante el régimen colonial español, las autoridades habían establecido deberes y derechos distintivos según las castas sociales. Es decir, que los derechos se otorgaban de acuerdo con la división étnica (color de la piel) y con el estatus socioeconómico de las personas. Quienes lucharon por la independencia tuvieron la intención de eliminar este sistema desigual.
En la Constitución de Apatzingán de 1814, por ejemplo, se declaró que todos los nacidos en América eran ciudadanos en igualdad ante la ley. Una vez concretada la independencia en 1821, se manifestó que todo ciudadano, con base en sus virtudes, podría ocupar cualquier cargo. No obstante, esta fue una lucha que se prolongó en el tiempo, pues convertir los decretos legales en realidad fue complicado.
4.1 La abolición de la esclavitud
También los líderes de la independencia buscaron erradicar la servidumbre indígena y la esclavitud de los descendientes de africanos. Así, desde 1810, el cura Miguel Hidalgo promulgó un bando que le ordenaba a los dueños de esclavos que los pusieran en libertad. De lo contrario, podrían sufrir penas y la confiscación de sus bienes.
Fue difícil hacer cumplir estas disposiciones en medio del proceso de independencia, pero la intención siempre estuvo presente. En los Sentimientos de la Nación (1813) de Morelos, este declaraba: "que la esclavitud se prescriba, lo mismo que el sistema de castas".
Y ya en época de la república federal, los distintos Estados se afincaron en la idea de su prohibición. Así, por ejemplo, en la Constitución del Estado de México (1827), quedó establecido que: "nadie nace esclavo, ni se permite su introducción".
5. Económicas: estancamiento de la renta
El desorden institucional afectó el crecimiento potencial del país. Por una lado, hubo campos abandonados y faltaron trabajadores para las faenas agrícolas y mineras. Además, ante la falta de seguridad, la inversión de dinero disminuyó. Esas son razones apuntadas por los economistas para explicar por qué la renta per cápita de México, es decir, la riqueza distribuida entre todos los pobladores, se estancó. Tal panorama se mantuvo durante las décadas posteriores a la independencia.
Bibliografía
Giraudo, Laura (2018) “Sociedad de castas” e indigenismo: la interpretación del pasado colonial en el siglo XX. Nuevo Mundo Mundos Nuevos, número 18.
Guedea, Virginia et al. (2001) La independencia de México y el proceso autonomista novohispano, 1808-1824. IIH-UNAM. México.
Olveda, Jaime (2013) La abolición de la esclavitud en México, 1810-1917. Signos Históricos, número 29.
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