La cultura inca se desarrolló como una de las civilizaciones más importantes de América durante la época prehispánica. Los incas habitaban en la cordillera de Los Andes, en Sudamérica. Desde su centro político en la ciudad de Cuzco, Perú, se expandieron hasta conformar el imperio más extenso del continente.
La civilización incaica surgió a partir de la fundación del Curacazgo de Cuzco en el siglo XII. Fue ahí donde el pueblo quechua logró establecer un Estado que poco a poco tomaría más poder y comenzaría a absorber a las poblaciones vecinas. La etapa histórica del curacazgo duró entre 1197 y 1438.
Luego, los dominios incas se ensancharían. Para ello fue crucial el liderazgo de Pachacútec, quien asumió el poder en 1438, cuando se inició un periodo de expansión con base en las conquistas militares. Entre 1438 y 1532 los incas ampliaron sus territorios hasta abarcar regiones del norte de Perú, Ecuador, sur de Colombia, norte de Chile y oeste de Argentina.
De este modo, se constituyó el imperio inca, con una estructura política centralizada y diseñada para gobernar sobre el "Tahuantinsuyo", esto es, sobre cuatro regiones administrativas en las que se dividían sus dominios. A la cabeza del imperio se hallaba el Sapa Inca, considerado hijo del sol y quien reinaba con gran autoridad.
A pesar de todo su esplendor, el imperio inca tenía disputas internas en el momento de la llegada de los españoles a los Andes, en el siglo XVI. En 1533, las huestes hispanas dirigidas por Francisco Pizarro derrotaron a las fuerzas del inca Atahualpa, tomaron Cuzco y, con ello, asumieron el control del Tahuantinsuyo.
Características de la cultura inca
- Imperio altamente centralizado y jerarquizado: el Sapa Inca (emperador) era el gobernante supremo del Tahuantinsuyo. En la jerarquía social, le seguía una casta de nobles y de sacerdotes. Finalmente, el resto del pueblo era conformado por artesanos y agricultores. Cada clase se dedicaba a cumplir un rol particular en la sociedad.
- Religión politeísta: los incas tenían varios dioses, a los cuales les rendían culto. Estaban Viracocha, el creador del universo y de los hombres. Inti, el dios sol, quien daba luz y vida; y Pachamama, entendida como la madre tierra, proveedora de cosechas, entre muchos otros.
- La lengua quechua: aunque con la expansión territorial se llegaron a hablar varias lenguas en el imperio, el quechua fue el idioma vehicular del pueblo inca, y el que servía en los rituales y la administración.
- Comunicación a través de quipus: los quipus eran un complejo sistema de registro de información en cuerdas de lana, en las que se hacían nudos. Tales nudos contenían desde cifras para llevar la contabilidad hasta datos que permitían recrear relatos.
- Cultivo en andenes: los andenes eran terrazas escalonadas en las laderas de las montañas que posibilitaban el aprovechamiento de las tierras. Cada andén sostenía una superficie cultivable en la que se sembraban papas, o cereales como el maíz.
- Arquitectura con uso de piedras talladas: los incas tallaban y pulían grandes rocas que usaban para construir muros, casas, templos y otras estructuras. Estas grandes piedras encajaban unas con otras, tal como lo hacen los legos o los rompecabezas. Muestras de la magnífica arquitectura inca son Sacsayhuamán, Ollantaytambo, Písac y Machu Pichu.
Ubicación del imperio inca
Los incas forjaron el imperio más grande que conociera el continente americano antes de la llegada de los españoles. A este vasto espacio geográfico se le conoció como el "Tahuantinsuyo", que contenía 4 'suyos', esto es, regiones bajo el liderazgo de Cuzco, capital y centro del poder.
A través de alianzas, convenios pacíficos y conquistas militares, los incas llegaron a controlar un territorio de más de 2 millones de kilómetros cuadrados. Cuzco era considerado el chawpi: ombligo o centro del universo. En torno a este estaban:
- El Collasuyo, al sureste de Cuzco. Atravesaba la región del lago Titicaca y se extendía hasta el norte de los actuales Chile y Argentina.
- El Contisuyo, se extendía hacia el oeste de Cuzco hasta llegar a la costa del Océano Pacífico.
- El Antisuyo, abarcaba los territorios al este de Cuzco hasta llegar a la selva amazónica. Esta era la frontera natural del imperio inca por el este, y se extendía de norte a sur desde Ecuador hasta Bolivia.
- El Chinchaysuyo, estaba al noroeste de Cuzco y comprendía zonas del Ecuador y el norte de Perú. Allí se localizaban ciudades importantes como Cajamarca y Quito.
Origen e historia de la cultura inca
La historia de los incas comienza con el mito de sus orígenes y de su llegada al Cuzco. Todo inició cuando los hermanos Ayar, Manco Cápac y su hermana Mama Ocllo, fueron despertados por el dios creador Viracocha. En el comienzo de los tiempos, Viracocha había emergido del lago Titicaca. Luego, respiró sobre piedras para crear a la humanidad.
Tiempo después, Viracocha hizo salir de las cuevas de Pacaritambo a los hermanos Ayar, quienes debían buscar un lugar propicio para fundar un reino civilizado. Entonces, Manco Cápac recibió una vara de oro de Inti, el dios sol. A través de un mensajero, Inti le informó a Manco que debía enterrar esa vara hasta hallar un lugar en el que quedara sepultada sin dificultad.
Tras su peregrinaje, Manco Cápac vio como la vara de oro se hundió en el sitio de Cuzco. Con esa señal, se eligió ese emplazamiento para fundar la gran ciudad capital de lo que luego se convertiría en el Tahuantinsuyo. De acuerdo con las crónicas, esta historia podría situarse en los siglos XII o XIII de nuestra era.
El curacazgo de Cuzco (c. 1197- 1438)
Lo que se conoce de la primera etapa de la civilización incaica se basa en leyendas y relatos orales que pasaron de generación en generación. El primer curaca fue el fundador: Manco Cápac, y así pasó a ser en la genealogía el primer Inca.
En un primer momento, el pueblo inca logró controlar los territorios del valle de Cuzco y ejercer dominio sobre algunas de sus tribus. Así se estableció un gobierno que se fue consolidando y, con el tiempo, se fue haciendo más fuerte.
Aunque las fechas son aproximadas, y pueden variar según distintos cronistas, los demás líderes del curacazgo fueron:
- Sinchi Roca (c. 1230-1260)
- Lloque Yupanqui (c. 1260-1290)
- Mayta Cápac (c. 1290-1320)
- Cápac Yupanqui (c. 1320-1350)
- Inca Roca (c. 1350-1380)
- Yáhuar Huácac (c. 1380- 1400)
- Huiracocha Inca (c. 1400- 1438)
El imperio inca (1438- 1533)
La historia tomaría un rumbo distinto con la asunción de Pachacútec como líder de los incas en 1438. Desde entonces, la cronología de los hechos es más certera y existen mayores registros que dan testimonio de la expansión imperial incaica.
Mediante conquistas militares, como las llevadas a cabo contra los chancas, además de sus estrategias diplomáticas y reformas administrativas, Pachcútec transformó el curacazgo en un reino mucho más centralizado y poderoso.
Luego, el dominio de los incas se continuaría extendiendo y consolidando bajo la dirección de Túpac Inca Yupanqui (1471-1493), y Huayna Cápac (1493-1525). A la muerte de Huayna Cápac siguió el enfrentamiento de sus hijos: Huáscar y Atahualpa, para acceder al puesto de Sapa Inca.
En medio de este conflicto, pronto aparecieron los españoles en la escena. El imperio se vio debilitado en medio de su división política. Primero, los hispanos vencieron a Atahualpa en batalla en 1532. Ya en 1533, las huestes de Francisco Pizarro tomaron Cuzco y se hicieron con el poder en el Tahuantinsuyo.
Organización social de los incas
La élite social incaica
La sociedad inca estaba estratificada según una jerarquía cuya cabeza era el Sapa Inca, emperador e hijo del sol. Su liderazgo era incuestionable, al punto de ser considerado el vínculo directo entre las personas y el mundo sagrado.
Los familiares del inca eran los panacas. De este modo, los panacas formaban parte del linaje real y tenían un estatus elevado. Por lo general, los miembros de las panacas se desempeñaban en puestos importantes del gobierno. Mientras el heredero directo del Sapa Inca era su hijo, llamado Auqui.
Luego de la nobleza por vínculos sanguíneos y de aquellos que poseían cargos como jefes militares, la pirámide social inca era seguida por la nobleza local, compuesta por los curacas.
Los curacas eran los jefes regionales, quienes ejercían funciones administrativas y religiosas en distintos pueblos. En muchos casos, los curacas pertenecían a grupos étnicos distintos a los incas, pero aliados a estos. Así, eran representantes del Inca en sus Ayllus (comunidades).
Bajo la dirección de los curacas, se recolectaban tributos y se organizaban las tareas de cultivo. También la construcción de caminos y el reparto de tierras. Además, estaban al frente de la ejecución de los rituales vinculados a la agricultura.
Las clases populares o bajas en la sociedad inca
Los miembros de los Ayllus eran los pobladores comunes del Tahuantinsuyo. Muchos eran campesinos y agricultores, y otros se dedicaban a tareas manuales. Así, tenemos a los hatunrunas, quienes llevaban adelante trabajos agrarios, de pesca, ganadería y elaboraciones artesanales.
Un grupo llamado mitimaes estaba compuesto por personas a las cuales se les encomendaba poblar y colonizar tierras, o incluso construir puestos militares en zonas recién conquistadas. Estos difundían las costumbres incas en los lugares a los que llegaban.
La clase de los yanacoyas servía al inca o las panacas, y dependían de estos enteramente. Se consideraban servidores de baja clase del Estado. Finalmente, estaban los pinacquna, que eran prisioneros de guerra y, por lo general, se convertían en esclavos en la sociedad inca.
Organización económica inca
La economía incaica se basaba en la reciprocidad, esto es, en la correspondencia e incluso el sentido de obligación y ayuda mutua entre parientes y las comunidades. Tal reciprocidad tenía sus fundamentos en la vida compartida en los ayllus y en la lealtad al Sapa Inca.
Los ayllus eran las comunidades de familias con antepasados comunes. En los ayllus, las personas estaban comprometidas para prestar ayuda en todo tipo de labores: trabajando en la agricultura, el cuidado del ganado y en la producción de bienes, como textiles y cerámicas.
Otro pilar de la economía inca era la redistribución. La producción inca no era realmente objeto de comercio como lo conocemos hoy. Una vez obtenidos los bienes agrícolas, esto se almacenaban y se consumían, o se transportaban a los lugares donde eran necesarios. Así se ejecutaba la distribución.
Esta forma de organizar la economía procuraba asegurar el sustento de la población, y proteger a aquellas poblaciones que por alguna razón estuvieran pasando por un momento de escasez y necesidades.
El sistema de trabajo se realizaba mediante la mita. La mita era el trabajo obligatorio en el que todas las clases bajas debían participar. De este modo, los curacas obtenían la fuerza de trabajo necesaria para sostener a la población y a la infraestructura imperial. Con tal labor se producía lo que luego se redistribuía.
Vea también: