La estética es una rama de la filosofía que se caracteriza por estudiar cómo el ser humano descifra el conocimiento sensible, desde la esencia y la percepción, de aquello que denominamos belleza.
Asimismo, la estética también se relaciona con los estudios del arte, por lo que muchos se refieren a ésta como la filosofía del arte.
El interés por determinar y estudiar qué es la estética surgió hace más de 2500 años, cuando el ser humano se preocupó por asimilar la idea de lo que es la estética y los juicios de valor que diferencian aquello que se considera bello, sublime, armonioso, feo o desagradable tanto en la naturaleza como en los objetos.
La palabra estética deriva del griego aisthetikê, que significa ‘sensación’, ‘percepción’, y que deviene del sustantivo aisthesis, ‘sensibilidad’.
De allí que el estudio de la estética se relaciona con las sensaciones y las percepciones que desarrolla cada individuo y que emplea en determinadas situaciones, por ejemplo, cuando contempla la naturaleza, un objeto, obra o ser vivo.
Esto hace que su definición sea compleja, ya que su objetivo es analizar la estética desde nuestros razonamientos, experiencias y juicios personales, los cuales están condicionados por la manera en que apreciamos lo que nos rodea.
Los juicios estéticos y experiencias estéticas van más allá de desarrollar una idea o concepto de belleza sobre la naturaleza u objetos. Son reflexiones que parten de las percepciones sensoriales y del conocimiento previo, los cuales permiten destacar las características que, según cada individuo, sobresalen bien sea por bonito, elegante, feo o grotesco.
Es decir, se involucra la subjetividad, por tanto, lo que resulta estético para una persona puede que no lo sea para otra.
Incluso, si nos referimos a un momento determinado de la historia se puede apreciar cómo ciertos movimientos artísticos han respondido a una serie de necesidades expresivas propias de una época, por tanto la estética es variante puesto que es adaptativa y tiene la capacidad de evolucionar a través del tiempo.
En este sentido, la estética es una rama de la filosofía que estudia el conocimiento de lo sensible, así como el arte, el origen de su manifestación y sus cualidades, incluyendo sus variaciones. Constituye una lista de valores estéticos que establecen la percepción de la belleza o lo antiestético.
Asimismo, la estética también puede entenderse de manera más amplia, y puede ser estudiada como la percepción del arte a través de la experiencia sensorial.
Historia de la estética en la filosofía
Los estudios sobre la estética se han realizado desde la antigua Grecia, para ese entonces aún no existía la palabra estética como tal, sin embargo, ya existía la idea del ‘amor a la belleza’ desarrollado por varios pensadores.
Para Platón la idea belleza es amplia y abarca lo físico, la moral, el conocimiento, las actitudes, entre otros. Para dicho filósofo la belleza es una idea eterna, intangible e inmutable, que solo se puede entender desde el alma, y que se refleja en la capacidad que posee el ser humano para crear objetos.
Aristóteles, por su parte, quien siguió la postura de Platón, supuso que aquello que fuese considerado bello debía tener una composición simetría y ordenada, incluso, racional.
La belleza puede generar agrado y placer, aunque no todo lo bueno sea agradable o placentero. Asimismo, la belleza solo se puede entender en relación a su oposición, la fealdad.
Posteriormente, en la Edad Media la estética se relacionó con el arte, en especial, con el arte religioso cuya función era exponer las revelaciones cristianas. En este sentido, los artistas se esforzaban por interpretar a través de sus obras lo que se consideraba estético en ese momento, es decir, la belleza divina y moral.
Fueron varios los pensadores y religiosos que se centraron en el tema de la estética durante la Edad Media. Por ejemplo, el teólogo y escritor Orígenes supuso que el arte venía de Dios y se consideraba como una belleza suprema, por tanto, buscar y seguir a Dios era estético.
San Agustín de Hipona, por ejemplo, desde una postura hacia la teología estética expuso que la belleza moral se sobrepone a la belleza sensible. Es decir, la belleza está compuesta por la armonía de los elementos que hacen de hacen de la belleza física algo divino.
El teólogo y filósofo Santo Tomás de Aquino expuso que el objeto se exhibe a través de la forma, y que el sujeto puede percibir su belleza a través de la sensibilidad. Asimismo, destacó que la belleza se compone de una equilibrada proporción estructural.
En la Edad Moderna fueron varios los pensadores, filósofos, teóricos, escritores y artistas que se dedicaron a determinar una idea sobre lo que consideraban estética, belleza, percepción, belleza natural y sensibilidad, entre otros.
Entre estos teóricos se pueden mencionar a Denis Diderot, Friedrich Hegel, Johann Gottfried Herder, Martin Heidegger, Alexander Gottlieb Baumgarten, Immanuel Kant, entre otros.
En este sentido, la estética como una disciplina de estudio surgió durante el siglo XVIII de la mano del filósofo alemán Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1762), quien creó como tal la disciplina de la Estética y del conocimiento de lo sensible, como una rama de la filosofía.
El término estética la tomó de la palabra griega aisthesis, que significa ‘sensibilidad’, ‘sensación’, por lo que se relaciona con el conocimiento de lo sensible.
Baumgarten usó este término por primera vez en su obra Reflexiones filosóficas en torno al poema (1735), describiendo que la estética es la ciencia de lo sensible, así como, de las relaciones que existen entre el arte y la belleza. Posteriormente, el filósofo escribió dos volúmenes titulados Aesthetica, entre los años 1750 y 1758.
Según Baumgarten el arte deviene tanto de la actividad intelectual como de la sensibilidad, por lo que determinar qué es belleza resulta una tarea difícil porque su definición está sujeta a los juicios subjetivos de los individuos, más allá de las propiedades objetivas de las cosas.
A continuación, Kant se enfocó en la subjetividad de los sentimientos sobre lo que se considera bello. Por tanto, este filósofo se enfocó más en la propia etimología de la palabra estética, es decir a la ‘sensibilidad’.
De allí que consideró que la belleza no es medible porque deriva de un sentimiento, por tanto, está cargado de subjetividad, de allí que propuso el término “Estética trascendental’’.
Para Kant la sensibilidad está condicionada por una serie de experiencias previas que nos ayudan a determinar la estética y la belleza sobre el propio concepto de los objetos.
Finalmente, en la época contemporánea han surgido diversas maneras de interpretar el sentido de la estética, su sensibilidad y representación, incluso, se dio pie según el teórico Hal Foster, a la expresión antiestética en la cual los artistas buscan provocar otro tipos de sensaciones a través de movimientos como el expresionismo, dadaísmo o surrealismo, entre otros.
En la estética contemporánea se estudia la obra en sí, su producción y qué sentimientos genera en los individuos.
Vea también Jerarquía de los valores.
Estética corporal
La palabra estética tiene otros sentidos más allá del filosófico. Por estética las personas pueden referirse a la apariencia física personal, al aspecto de un espacio o cosa. Por ejemplo, “Esa decoración rompe con la toda la estética de la casa”.
La estética corporal se refiere a la apariencia exterior de las personas, de allí que existan centros que se especializan en diversos tratamientos a fin de mejorar la apariencia de ciertas partes del cuerpo, incluso, algunos conllevan a cirugías estéticas.
La estética corporal resulta de especial importancia para las personas, por ello se preocupan por tener una apariencia tanto saludable como estética, de esta manera reflejan bienestar.