Las normas de convivencia son una serie de pautas que se adoptan a fin de desarrollar una relación armoniosa con las personas que nos rodean y con el espacio donde nos encontramos.
Algunas de estas normas pueden implicar un tipo de sanción sin son incumplidas, ya que su finalidad es promover el orden y evitar los conflictos de cualquier naturaleza.
En general, las normas de convivencia conllevan a conductas que reflejan diversos tipos de valores reconocidos por los individuos como el respeto, la tolerancia, la amabilidad, entre otras, y varían según las circunstancias, las culturas o el lugar donde nos encontremos.
Por ello, es de vital importancia que estas normas sean enseñadas desde temprana edad, así los niños van adquiriendo diversas conductas básicas de convivencia sin ver afectadas sus relaciones con los demás y el entorno, lo que a su vez va a propiciar un óptimo desarrollo e integración social.
Cabe recordar que la convivencia también tiene que ver con el hecho de coexistir y compartir gran parte de nuestro tiempo con otras personas o grupos, bien sea en el hogar, la escuela, el trabajo o haciendo cualquier otra actividad.
Por ello se hace énfasis en la necesidad de aplicar ciertas normas que nos ayuden a mejorar nuestras relaciones personales y con el entorno considerando que no serán siempre de nuestro agrado.
Características de las normas de convivencia
Las principales características de las normas de convivencia son:
- Se trata de normas que suelen ser de tipo universal porque propician las relaciones armoniosas entre los individuos.
- Están basadas en los diferentes tipos de valor que se desean afianzar como el respeto, la tolerancia, la justicia, la libertad, la amistad, entre otros.
- Implican deberes y normas a seguir.
- Su cumplimiento conlleva a un buen desarrollo individual e integración social.
- Muchas reglas están acompañadas de penalidades o castigos si no se cumplen, de allí su carácter obligatorio. Por ejemplo, si no se hace silencio durante una clase el docente podrá llamar la atención de sus estudiantes para que respeten al resto de sus compañeros y su figura de autoridad.
- Deben ser enseñadas y transmitidas desde temprana edad a fin de que los individuos desarrollen lazos sociales que contribuyan a su bienestar.
- En algunos casos, las normas de convivencia se encuentran escritas en espacios públicos o privados a fin de hacer énfasis de su importancia y cumplimiento.
- Deben evitar ser ambiguas, es decir, las normas de convivencia deben ser claras y puntuales para su óptima comprensión y aplicación.
- Se trata de normas que nos permiten hacer juicios de valor y distinguir entre las acciones correctas de las incorrectas, por ello se relacionan con la moral y la ética.
- Varían según la cultura, el lugar, la edad, la profesión, entre otros, en la que se encuentre un individuo. De allí que se tomen diferente actitudes cuando se está en una reunión de trabajo o en un encuentro familiar siendo todas correctas.
- Si se trata de normas de convivencia culturales y estas son infringidas de manera constante, puede generarse una situación de conflicto.
- No todas las normas de convivencia tienen el mismo nivel de relevancia, más allá de que se deben cumplir o tomar en cuenta, y esto tiene que ver en que algunas influyen más que otras en los comportamientos de las personas.
Normas de convivencia escolar
En el espacio académico es importante reforzar en los estudiantes las normas de convivencia, para propiciar un ambiente de bienestar e integración, y para que aprendan a lidiar con aquello que les pueda resultar de poco agrado, de esta manera se incentiva el respeto, la justicia, el diálogo, entre otros valores importantes a lo largo de la vida.
Estas normas o reglas son básicas para alcanzar los objetivos propuestos en cuanto a la enseñanza y formación de los estudiantes. Asimismo, muchas de estas normas se pueden afianzar a través de carteleras, actividades y dando el ejemplo. Entre las principales normas de convivencia se pueden mencionar las siguientes:
- Entrar y salir del salón de manera ordenada y silenciosa para no molestar las otras aulas de clase.
- Saludar y despedir de manera respetuosa y cordial a los docentes. Por ejemplo, “Buenos días”, “Hasta mañana”.
- Respetar las figuras de autoridad como docentes, coordinadores y directores. Asimismo, estas figuras deberán tratar a sus estudiantes de manera respetuosa e imparcial. Por ejemplo, hablar con el docente en un tono de voz adecuado, de manera clara y lenta.
- Respetar los turnos de palabra durante la participación en clase. Por ejemplo, no sabotear la participación de los compañeros con risas molestas.
- Respetar las opiniones y posturas de los compañeros. Por ejemplo, no imponer una opinión sobre lo que piensen los demás.
- Hacer uso del diálogo para llegar a acuerdos y entendimientos a fin de alcanzar un mismo objetivo. Por ejemplo, de una conversación respetuosa se pueden obtener acuerdos para participar en actividades grupales que beneficien a todos los estudiantes.
- Mantener el orden de las cosas y la limpieza dentro del salón. Por ejemplo, si se realiza una actividad que implique el uso de colores, lo ideal es que al finalizar el trabajo se recojan los creyones y se coloquen en su respetivo lugar.
- No correr o saltar dentro del salón de clases. Por ejemplo, al correr en el salón de clase se corre el riesgo de tropezar con alguna mochila de un compañero, caerse y lastimarse.
- Escuchar con atención aquello que los compañeros opinan y comparten a fin de incentivar el respeto por los demás. Por ejemplo, escuchar con atención lo que otro estudiante opina con respecto a una actividad grupal.
- Se prohíben los actos de violencia o bullying entre compañeros. Por ejemplo, se deben reforzar las relaciones cordiales, respetuosas y amistosas puesto que la violencia atenta contra el bienestar de los estudiantes.
Por su parte, los docentes deben reforzar también lo siguiente:
- Incentivar el interés y la participación de los estudiantes en las actividades escolares, haciendo énfasis en que el salón de clases es un espacio de formación.
- Fomentarla puntualidad, de esta manera cuando los niños sean personas adultas la podrán poner en práctica en sus actividades diarias, en especial en torno a las actividades profesionales.
- Reforzar la importancia del aseo e higiene personal como parte de nuestros cuidados de salud.
- Motivar la participación de los estudiantes tanto en actividades escolares como extraescolares a fin de que afiancen sus relaciones con otras personas, generen sentido de pertenencia y aprendan a compartir experiencias.
- Reforzar la capacidad individual de cada alumno de sobreponerse a las adversidades y frustraciones.
Normas de convivencia en el hogar
La familia es la organización más importantes de la sociedad, y es en el hogar donde por excelencia los niños y jóvenes aprenden las primeras normas de convivencia y valores familiares por parte de sus padres o representantes.
Las normas o reglas de convivencia en el hogar tienen como finalidad alcanzar la sana coexistencia entre padres, hermanos y demás familiares o allegados, así como limitar ciertas conductas inadecuadas. Incluso, se enseñan de una generación a otra y, además, se ponen en práctica en cualquier otro espacio fuera del hogar como modales de buen comportamiento.
Estas reglas genera en los niños mayor seguridad, ya que ofrecen las herramientas necesarias para atender a diferentes situaciones del día a día, incluso con más equilibrio emocional y psicológico.
Las normas varían de un hogar a otro según su situación familiar, cultura, económica y social. Sin embargo, se pueden mencionar algunas reglas que son compartidas en términos generales.
- Dirigirse a los padres y demás familiares con respeto y cordialidad. Por ejemplo, cuando estamos en medio de una conversación familiar es importante mantener un tono de voz adecuado y aplicar las normas del buen hablante y del buen oyente.
- Decir “Por favor” y “Gracias”. Por ejemplo, cuando se necesita ayuda para realizar algo se debe pedir de manera educada y ser agradecido por la asistencia recibida.
- Colaborar con las tareas y el mantenimiento del hogar. Por ejemplo, mantener el orden en la habitación, no dejar juguetes u objetos personales por diversas partes, ayudar en la limpieza, entre otros.
- Durante las comidas se debe mantener una postura de respeto y educada. Por ejemplo, sentarse de manera correcta, no comer con la boca abierta, hacer uso de los cubiertos y servilletas, no jugar con los alimentos, entre otros.
- Respetar el hogar como un espacio armonioso para la convivencia familiar. Por ejemplo, no invitar a extraños sin permiso de los padres, ni realizar actividades inadecuadas que ponga en peligro el bienestar familiar.
- Hacer un uso adecuado del baño. Por ejemplo, tomar en consideración que otro miembro de la familia puede necesitar hacer uso del baño, ser ordenado, no desperdiciar agua y respetar los utensilios de higiene personal de los demás.
- Los espacios comunes están destinados para compartir en familia. Por ejemplo, si está encendida la televisión o la radio el volumen deberá ser ajustado para que quienes estén conversando puedan escucharse y hablar tranquilamente.
- Respetar los horarios del hogar. Por ejemplo, hay hogares en los que se acostumbran a realizar los domingos reuniones familiares a partir de la hora de almuerzo.
- No hacer uso de la violencia verbal o física. Por ejemplo, entre padres o padres e hijos se debe evitar cualquier acto de violencia, por ello es importante la comunicación, la confianza y el respeto entre todos, a fin de solventar cualquier situación de la mejor manera posible.
- No exigir de nuestros padres cosas que resultan innecesarias o que no estén a su alcance. Por ejemplo, no se debe exigir a nuestros padres que nos compren un juguete por capricho, en especial si implica un gasto económico innecesario.
- No mentir. Por ejemplo, es importante tener confianza con los miembros de nuestra familia y decir siempre la verdad aunque hayamos errado sin querer.
Normas de convivencia social
Las normas de convivencia social son aquellas que han sido establecidas a fin de alcanzar una coexistencia armoniosa y respetuosa entre las personas o grupos con los que comparten por largos periodos un mismo espacio.
En estas reglas se deben tomar en cuenta las diferencias culturales, religiosas, sociales y económicas, ya que son aquellas que nos identifican como individuos de una sociedad o comunidad. En este sentido, las normas de convivencia social apuntan a mejorar las relaciones entre personas y así su calidad de vida.
- Respetar lo que otros opinan sobre un tema en común. Por ejemplo, todas las personas tenemos opiniones diferentes, sin embargo, deben ser respetas más allá de que no compartamos la misma idea.
- Ser educado con cada una de las personas que nos relacionemos. Por ejemplo, decir “permiso”, por favor”, “gracias”, “disculpe”, según sea el caso.
- En el lugar de residencia, bien sea un edificio o urbanización, los vecinos deben contribuir con la limpieza y los gastos comunes. Por ejemplo, realizar pagos de condominio, colocar la basura en los espacios indicados, evitar dañar los espacios comunes, entre otros.
- Respetar y tolerar las diferencias culturales de quienes nos rodean. Por ejemplo, en la actualidad y gracias a la globalización muchas personas viven fuera de su lugar de origen, por ello podemos tener vecinos con culturas y costumbres diferentes que deben ser respetadas.
- Respetar las normas de tránsito, bien sea como peatón o conductor de un vehículo. Por ejemplo, cruzar en los rallados peatonales, detener el vehículo cuando la luz del semáforo está en rojo, entre otros.
- Respetar la propiedad privada. Por ejemplo, no se debe entrar en casa de una persona que no nos ha invitado a entrar.
- Prestar ayuda o compartir algo cuando alguien que esté pasando algún tipo de situación particular. Por ejemplo, ayudar a una abuela a cargar las bolsas del mercado hasta la puerta de su casa.
- Respetar las ideologías políticas de los demás. Por ejemplo, existen diversas ideologías políticas que deben ser respetadas más allá de que no se compartan sus bases políticas.
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