El virreinato de Nueva España fue una gigante entidad territorial y política bajo jurisdicción de la monarquía española entre los años 1535 y 1821. El territorio de este virreinato tuvo su centro administrativo en México, donde residía un virrey que velaba por los intereses del rey de español en sus posesiones de ultramar.
El virreinato fue la institución con las mayores potestades políticas y administrativas en la América española. En la estructura de poder se situaba por encima de capitanías generales, gobernaciones y corregimientos. El virrey tenía las atribuciones del monarca en los territorios coloniales, aunque debía acatar las leyes emitidas por el Real y Supremo Consejo de Indias.
La permanencia del Virreinato de Nueva España duró tres siglos, desde el XVI hasta el XIX. En estos trescientos años tuvo lugar el nacimiento y la consolidación de una sociedad mestiza, en la que se mezclaron los elementos indígenas americanos y europeos españoles.
La capital del Virreinato de Nueva España se estableció en el lugar que ocupaba Tenochtitlán, la antigua capital del imperio Azteca. Tenochtitlán fue conquistada por Hernán Cortés en 1521 y a partir de la creación del virreinato se la pasó a conocer como Ciudad de México.
Los amplios territorios del Virreinato de Nueva España se extendieron hasta Costa Rica por el sur. Por el norte dominó los territorios de California y Nuevo México. Al este ejercía soberanía en el golfo de México y hacia el oeste su autoridad alcanzó a las islas Filipinas en el Océano Pacífico.
Surgimiento de la Nueva España
En medio de la conquista, fue el propio Hernán Cortés quien en una carta de 1520 le propuso al rey emperador Carlos V llamar a los territorios dominados “Nueva España del mar Océano”.
En el proceso histórico histórico de Conquista, se dieron momentos de choque y de batallas entre españoles e indígenas, pero también momentos de adaptación y de asimilación cultural. Al final, la España imperial terminó por imponer su religión y sus instituciones a los pueblos mesoamericanos.
Las huestes españolas año tras año afianzaron sus dominios, lo que dio lugar al orden colonial (1521-1821) y al origen de la época virreinal. Sin embargo, los territorios conquistados no se constituyeron de inmediato como un virreinato. Observemos cuáles fueron los tres periodos de gobierno monárquico de la Nueva España.
Primer período: la gobernatura de Hernán Cortés
Hernán Cortés tuvo autoridad militar sobre los conquistadores y en 1522, fue nombrado por el rey “Capitán General y Gobernador de la Nueva España''. Sin embargo, pocos años después decidió continuar explorando y conquistando otras regiones centroamericanas, por lo que dejó de ejercer su cargo.
Segundo período: el establecimiento de las Reales Audiencias
Tras años de desorden propiciado por los conquistadores, la corona española creó una Audiencia Real para organizar las funciones de gobierno en la Nueva España (1529-1531). Esa primera Audiencia fue abusiva y no disminuyó el maltrato que recibían las poblaciones indígenas. Entonces fue sustituida por una segunda Audiencia (1531-1535).
Tercer período: la creación del virreinato
Ya para el año 1535 por orden del rey se eligió a un virrey entre los miembros de la nobleza castellana. El sistema de gobierno virreinal perduró hasta desintegrarse cuando se consolida la independencia de México en 1821.
Características de la Nueva España
Sociedad
Nueva España fue en esencia mestiza. Aun así, esa sociedad surgida de la conquista española creó estratos y diferenciación. El orden social se dispuso según el origen étnico y las riquezas de las personas. Entre los grupos sociales tenemos:
- Los españoles: se hallaban a la cabeza en la jerarquía. Ocupaban los altos cargos públicos y gozaban de privilegios.
- Los blancos criollos: nacidos en América. Estos tenían amplios derechos, aunque eran tenidos por inferiores a los españoles.
- Los indios: nombre dado de forma incorrecta por los españoles. Los indígenas, en general, estuvieron al servicio de los miembros de las clases más altas.
- Los africanos: muchos miembros de esta población eran esclavos. Fueron explotados económicamente y discriminados socialmente.
Las castas en el virreinato
Las castas surgieron del mestizaje entre indios, españoles y africanos. Entonces apareció una gran variedad de nombres que pretendieron asociar a cada grupo al lugar que les correspondía en la jerarquía social. La lista se extendió y llegó a abarcar decenas de denominaciones. Ejemplos:
- De español e indígena: mestizo.
- De blanco con negra: mulato.
- De indio con negro: zambo.
- De mulata con blanco: morisco.
- De indio con mulata: lobo.
- De mestizo con india coyote.
- De chino con indio: cambujo.
Servidumbre indígena y africana
En el siglo XVI el servicio prestado por los indígenas se llevó a cabo principalmente mediante la encomienda. Así, se asignaba un número de personas para que le sirvieran y le pagaran tributos a un encomendero (hombre de origen español). A cambio de esta servidumbre, el encomendero debía darles protección, bautizarlos y cristianizarlos.
En los siglos XVII y XVIII se estableció el sistema de “repartimiento de indios”. Los pueblos entregaban un porcentaje de sus hombres adultos cada semana para que trabajaran al servicio de los terratenientes de origen europeo. El virrey les otorgaba estas concesiones de forma temporal.
En los siglos de la colonia también se introdujo una cantidad considerable de esclavos de origen africano. Estos fueron puestos a trabajar en los ingenios azucareros, en las haciendas ganaderas, en las minas y en el servicio doméstico en aquellos lugares en los que había disminuido la población indígena.
Cultura
Aunque se implantó una sociedad que se regía por los usos, costumbres y normas españolas, la cultura se expresó incorporando elementos indígenas que poco a poco hicieron emerger una identidad distintiva. Veamos cómo esos elementos permearon todas las expresiones culturales:
- La lengua: el español se convirtió en el idioma dominante. Aun así, se le añadieron decenas de palabras provenientes de las lenguas aborígenes.
- La religión: el catolicismo es la religión oficial, pero se entremezcla con otras creencias y ritos de origen indígena o africano.
- El arte: predominó el estilo barroco en la pintura. Los pintores se dedicaron sobre todo a temas religiosos, pero reflejando un estilo mestizo americano. Este era de carácter realista y los colores no eran destellantes.
- La arquitectura: también aquí predominó el barroco arquitectónico en el siglo XVII y el estilo churrigueresco en el XVIII. Por eso abundaba la ornamentación y la decoración, a veces excesiva, apreciable en las fachadas e interiores de las iglesias y conventos.
- La literatura: ante todo se destaca la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz y la dramaturgia de Juan Ruíz de Alarcón. También es notable la obra ensayística de Carlos de Sigüenza y Góngora.
- Las ciudades: en los bastos territorios de la Nueva España crecieron o resurgieron ciudades importantes. Ciudad de México, Puebla, Mérida, Guadalajara, Oaxaca, entre otras, permitieron que se desarrollara una vida urbana prestigiosa e influyente.
Economía
Durante la época virreinal progresaron las actividades mineras, agropecuarias y comerciales. La corona española se benefició del desarrollo económico de sus territorios americanos. Observemos cada uno de estos aspectos.
La minería
En tierras mexicanas se encontraron yacimientos de oro y plata. Esto permitió la acumulación de riquezas entre los mineros siempre que le pagaran al rey los impuestos que le correspondían. A la corona se le debía tributar con el "Quinto Real", esto es, con la quinta parte de los metales que se extrajeran de las minas.
Alrededor de las minas crecieron ciudades como Guanajuato, Zacatecas y San Luis Potosí.
La agricultura y la ganadería
La mayor parte de los trabajadores en la época virreinal se desempeñaron en este sector. En las haciendas se cultivaba la tierra y se criaba ganado. Entre los cultivos tradicionales se hallaba el maíz, los frijoles, el cacao y el ají chile. Los españoles además introdujeron cereales como el trigo y frutas como la manzana.
La cría de vacas, cerdos, burros, ovejas y otros animales también fue propiciada por la introducción de éstos desde Europa.
El comercio
Al interior de la Nueva España se construyeron caminos que conectaban las haciendas con pueblos, ciudades y centros mineros. Del campo dependía el sustento de la población y en las ciudades se hallaban los clientes con más recursos económicos.
Hacia el exterior la actividad comercial se centró sobre todo en dos puertos: el de Veracruz y el de Acapulco. Veracruz se conectaba a través del Océano Atlántico con España. Se enviaban cargamentos de plata, así como también productos agrícolas.
En Veracruz se recibían productos manufacturados como el vino, el aceite, jamones, artículos de belleza y libros. Además, por este puerto entraban los documentos y las disposiciones emitidas por el rey. Acapulco se conectaba con Filipinas a través del Océano Pacífico. Allí entraban las telas, la seda y las porcelanas que venían sobre todo de China.
La corona española siempre buscó ejercer el monopolio comercial, esto es, tener el control sobre lo que podían vender y comprar los habitantes de Nueva España. Para ello creó instituciones como la "Casa de Contratación", que regulaba las actividades comerciales y de navegación.
Política
Forma de gobierno
Las provincias españolas en América se rigieron por el absolutismo monárquico. Es decir, el rey tuvo una autoridad incuestionable y se consideró que su poder derivaba de la voluntad de Dios. Por lo tanto, todos debían acatar sus decisiones en las áreas de gobierno. Aun así, como el virreinato se hallaba tan lejos de la metropoli, se generó un amplio rango de acción que le permitió a los conquistadores y colonos tener poder sobre ciertas comunidades y territorios.
Funciones administrativas
Las leyes de la corona no fueron del todo claras en cuanto a la limitación de las atribuciones de sus funcionarios. Eso ocasionó confusiones en torno al poder de virreyes, capitanes generales, gobernadores, oidores, etc. A veces un individuo ejercía varios de esos cargos al mismo tiempo. En otras ocasiones había disputas por saber a quién le correspondía resolver determinado problema, o para saber a quién se le otorgaban ciertos privilegios.
El rol de la iglesia
La iglesia católica fue una gran aliada de la corona española. La labor de los religiosos consistió en educar a la población para hacerla cristiana y obediente al rey.
Casas reales
Hubo dos casas reales europeas que gobernaron la Nueva España. Desde la conquista de México en 1519 hasta el año 1700, los soberanos pertenecieron a la Casa de Habsburgo. Luego de la muerte del rey Carlos II sin tener un heredero al trono en España, el bando que apoyaba la elección de Felipe V de Borbón resultó ganador en 1713. Desde este año y hasta la independencia de México, el virreinato de Nueva España fue regido por la Casa de los Borbones.
En esencia la sociedad no transformó sus modos y costumbres por ese cambio político. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, el rey Carlos III creó reformas para centralizar el poder y modificó tanto las instituciones como las funciones administrativas de sus delegados en el continente americano.
Estructura política de Nueva España
Los territorios del virreinato de Nueva España pertenecían a la monarquía hispánica. La jerarquía estaba dividida así:
- El rey: era la autoridad suprema.
- El Consejo de Indias: se hallaba en España. Fue creado por el rey para proponer las políticas de gobierno de los territorios coloniales y redactar sus leyes. También inspeccionaba la recaudación de tributos y nombraba visitadores que viajaban para supervisar la labor de los funcionarios españoles y escribir reportes sobre el estado de las provincias.
- El virrey: tenía amplias funciones y poder en los virreinatos, ya que era el representante directo del rey.
- Audiencias: estaban compuestas por los jueces oidores encargados de velar por el cumplimiento de las leyes y repartir justicia.
- Gobernadores y alcaldes mayores: eran responsables del gobierno de las provincias. Supervisaban la recaudación de tributos y la construcción de obras públicas.
- Corregidores: encargados del gobierno local y de pueblos de indios.
- Cabildos o ayuntamientos: compuesto por grupos de vecinos de las villas y ciudades novohispanas que se juntaban para debatir y tomar decisiones sobre asuntos sociales y económicos de sus localidades.
- Pueblos de indios: se establecieron para la evangelización de los indígenas, para organizar la recolección de sus tributos y la mano de obra que prestaban a los señores españoles.
Esta estructura cambió en 1786 en el marco de las reformas borbónicas, pues se firmaron decretos para reorganizar los territorios de Nueva España, creando 12 intendencias. La figura del virrey se mantuvo, pero se disolvieron las alcaldías mayores, los corregimientos y otras jurisdicciones. Los intendentes cumplieron el rol de gobernadores.
El virrey en la Nueva España
El primer virrey de Nueva España fue Don Antonio de Mendoza y Pacheco entre 1535 y 1550. Durante el período virreinal hasta llegar al siglo XIX, los virreyes tuvieron gran poder e influencia. Entre los títulos y funciones que éstos ostentaban en Nueva España tenemos:
- Gobernador general: se desempeñaba como máxima autoridad política.
- Capitán General: estaba a cargo de dirigir las fuerzas militares de la corona.
- Superintendente de la Real Hacienda: debía atender asuntos de la administración económica y recepción de tributos, además de cuidar los bienes del gobierno.
- Presidente de la Real Audiencia: aunque los Oidores de las Audiencias eran los verdaderos jueces y administradores de justicia en las provincias americanas, el virrey ejercía influencia a través de su opinión y supervisión de los asuntos legales.
- Vicepatrono de la Iglesia: nombraba algunas autoridades eclesiásticas y preservaba la comunión de intereses entre la Iglesia Católica y la Monarquía española.
La Nueva España fue gobernada por más de sesenta virreyes a lo largo de sus trescientos años de historia. El cargo de virrey fue abolido con la Constitución de Cádiz de (1812-1814), en medio del proceso de independencia de México.
La historia tradicional señala a Juan O’Donoju y O'Ryan como último virrey de Nueva España. Este fue el funcionario de la corona española que firmó los Tratados de Córdoba en 1821 con Agustín de Iturbide, comandante del ejército Trigarante y primer Emperador de México (1822-1823).
En los Tratados de Córdoba se acordó la retirada de las tropas españolas del territorio y la independencia de la Nueva España, que se convirtió en el Imperio Mexicano. El verdadero cargo al que renunció por entonces Juan O’Donoju fue al de Jefe Político Superior de la Nueva España.
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